Presentado en "Monologueando", diciembre de 2016
Biblioteca Silvina Ocampo, UNNOBA
Es
así la cosa, macho, estamos acá, encerrados, sin merca, sin minas,
sin ninguna distracción. La vieja me viene a ver todos los sábados,
y llora, llora, llora, y me dice hacele caso al doctor, Fierita, él
te va a curar. Pero qué mierda me va a curar, si yo no estoy
enfermo, lo que quiero es paco. Acá los días son como chicle, se
estiran, se estiran, y no terminan nunca. A la tardecita viene el
doctor y te pregunta cómo estás, y te encaja una inyección y te
dice que es para la "astinencia", qué se yo qué carajo
es. El asunto es que cuando me vienen las ganas de paco, babeo por
una pipita, sudo, se me seca el garguero, y me quiero dar la cabeza
contra la pared mil veces, porque estoy preso, porque me falta merca
y no me puedo escapar, y no me dan ni un poquito.